Hospitales…de Paz y Misericordia

La labor social de la Pulchra (2)

 

El inicio de la asistencia hospitalaria en León se remonta a dos humildes alberguerías catedralicias del S.XI, una de las cuales comenzó a atender tanto a los peregrinos enfermos que llegaban a la ciudad como a cualquier otra persona necesitada: pobres, mayores, marginados… A este primer hospital se sumaron otros (hasta una veintena), gestionados por canónigos del cabildo y por clérigos especializados (racioneros), a los que, sólo a partir del S.XV, se fueron incorporando los primeros médicos contratados. Todos estos primitivos hospitales de Paz y Misericordia acabaron por confluir en el centro sanitario leonés de referencia durante siglos, el Hospital de San Antonio Abad, que siguió dependiendo del Cabildo de la Catedral hasta que en 1966 pasó definitivamente a manos de titularidad pública.

De san Marcelo a san Antonio Abad

La primera alberguería que se levantó junto a la antigua Catedral románica de León fue impulsada por el obispo Pelayo en 1084, al dejar al Cabildo parte de su herencia, como recoge el Tumbo legionense (Codice 11). El obispo Pedro, en 1096, hace lo mismo con una segunda alberguería que se situará en las dependencias del antiguo monasterio de San Marciel y su iglesia, que, con los años, dio origen al Hospital de San Marcelo.

En 1123, el obispo Vermudo también pone en marcha (con la ayuda del noble leonés y valedor de la reina Urraca, Don Gómez) el llamado Hospital del Santo Sepulcro -por ubicarse en la antigua Iglesia de Santa Ana, de la Orden del Santo Sepulcro-, que pasa a depender del cabildo y cambia posteriormente su nombre por el de Hospital de Don Gómez.

En 1159 el arcediano don Arias en su testamento hace una manda al Hospital de leprosos  y unos años después 1175 Fernando II le exime de todo tributo real (*)

A estos primeros hospitales se suman en los SS. XIII-XIV otros, como los de San Froilán, San Benito o la Casa de San Lázaro (la “Malatería”), pero todos terminan por concentrar sus servicios en el Hospital de San Marcelo, adosado a la antiguo templo leonés del mismo nombre y convertido para tal fin en abadía mediante una Bula del Papa Inocencio IV en 1.254. San Marcelo fue el germen del gran centro hospitalario medieval de León, el Hospital de San Antonio Abad.

La importancia del Hospital de san Marcelo en el S.XIII queda reflejada en 1254, cuando  el propio Inocencio IV otorga al obispo y al cabildo de León la potestad de nombrar un rector para el hospital mediante bula papal, cargo que recayó a perpetuidad en el abad de San Marcelo y que posteriormente realizó un canónigo catedralicio, junto a los once clérigos que se encargaban de atender a los peregrinos, a los pobres y a los enfermos.

En el S.XVI (1531), el centro pasa a denominarse Hospital de San Antonio Abad, tras recibir numerosos bienes y servicios de la Orden hospitalaria de San Antonio, cuyos frailes extendieron sus “servicios médicos” por toda Europa (primero bajo mandato de los benedictinos y posteriormente bajo mandato papal).

 De san Antonio Abad a la Obra Hospitalaria de Nuestra Señora de Regla

San Antonio Abad se convierte de este modo en el gran centro hospitalario de León. Su fama trascendió a otras provincias españolas y hasta el propio emperador Carlos I ordenó al corregidor de León en 1535 que el Cabildo concentrara en este centro toda la asistencia de otras alberguerías y dispensarios dispersos por la ciudad, labor que fue realizándose paulatinamente hasta el S.XIX.

Con la Ilustración, a finales el S.XVIII el Estado comienza a confiscar bienes y propiedades de la Iglesia. En 1.805 Carlos IV ordena que la Administración Pública controle el Hospital de San Antonio Abad en virtud de un Decreto de Desamortización, que supuso “la enagenación de todos los vienes raíces pertenecientes a Cofradías, memorias, 0bras Pías, Patronatos de Legos, Hospitales, Hospicios, Casas de Misericordia, de reclusión y de Expósitos, y que los productos de estas ventas e importe de estos capitales entrasen en la caja de amortización bajo el interés anual del tres por ciento”.

Pero, a pesar del control administrativo, el cabildo logra firmar un contrato con la Diputación de León en 1863 para mantener la propiedad y la gestión del Hospital a cambio de una subvención pública que variaba en función del número de personas atendidas, como explica Fernández Arienza y recoge también la monografía publicada en 1880 por el médico principal del centro, Don Lesmes Sánchez de Castro (“La Hospitalidad”), en la que describe el centro como un edificio “[…]que puede considerarse dividido en dos extensos pabellones -el derecho para mujeres, y el izquierdo para hombres-, carece de arquitectura propia y revela, desde luego, las reformas que por él han pasado y que han hecho perder su carácter primitivo […]”.

El autor recuerda en su trabajo que, a finales del S.XIX, el Hospital tenía una capacidad de 166 camas y atendía a más de un millar de enfermos al año, provenientes de León, Oviedo, Lugo, La Coruña, Orense, Burgos… y otras provincias españolas.

A pesar de las constantes mejoras y remodelaciones, las viejas instalaciones del centro habían quedado encajadas en el entramado urbano de la ciudad, por lo que el Gobierno Civil, el 29 de julio de 1903, propone clausurarlo y levantar uno nuevo extramuros. Ayuntamiento y Cabildo se oponen al traslado por la complejidad de la operación, pero diez años después, el 22 de febrero de 1913, el cabildo constituye la Comisión de Nuevo Hospital (formada por los canónigos Manuel Sanmartín Aparicio, Celedonio Pereda Díez, y Ricardo Canseco Salgado),  “para concertar o realizar cuantos actos y contratos sean necesarios hasta llevar a cabo la construcción de un nuevo Hospital…” (ACL. Nº 10.069).

Tras recibir una oferta del empresario Luis González Roldán, el Cabildo vende el antiguo Hospital el 5 de abril de 1919 y destina las quinientas mil pesetas de la época a la construcción del nuevo Hospital San Antonio Abad en terrenos de las afueras de la ciudad, en la zona llamada de los Altos de Nava, y que fue inaugurado dos años y medio después, el 27 de junio de 1922.

El 26 de septiembre de 1966, sin embargo, el centro pasa a ser de titularidad pública, ya que el cabildo lo vende definitivamente a la Diputación Provincial, que en la actualidad es la propietaria del edificio, y que ha pasado posteriormente a integrarse en complejo del Hospital Universitario de León, cuya gestión depende del gobierno autonómico de Castilla y León.

Con los fondos de esta segunda venta del nuevo centro hospitalario, el Cabildo de la Catedral, junto al Obispado, puso en marcha en 1968, al norte del claustro catedralicio, la Obra Hospitalaria de Nuestra Señora de Regla, destinada a prestar servicio a los sacerdotes y a otras personas que sean derivadas por las parroquias o por Caritas Diocesana. Esta Obra en 2016 fue entregada, en cuanto a su gestión, a la empresa HM Hospitales.

Del antiguo centro tan sólo se conserva una talla del S.XVII san Antonio Abad, atribuida al escultor Luis Fernández de la Vega (que se expone actualmente en la sala de Arte Sacro del Museo Etnográfico Provincial, de Mansilla de las Mulas), y la cajonería, los albarelos y otros tarros de cerámica de la antigua botica del mencionado Hospital que pueden verse expuestos en el Museo Catedralicio Diocesano.