El nuevo “corazón” de León

La restauración del rosetón de la fachada principal

Después de meses de intenso trabajo, comienza la cuenta atrás para saber cómo ha quedado la restauración de la fachada principal de la Catedral y la de su gran rosetón, formado por centenares de cristales policromados que dibujan, en el centro, la imagen de la Virgen María. El que algunos llaman el “corazón de León” ha podido ser recuperado gracias a la ayuda de la Fundación CEPA, entidad que ha sufragado los 400.000 euros del proyecto. Les adelantamos, a continuación, la historia de esta espectacular vidriera y el desarrollo de los trabajos de su restauración.

 El rosetón de la fachada principal de la Pulchra, sobre el que se proyecta cada día el ocaso del sol en León, culmina el significado iconográfico del conjunto de vidrieras de la Catedral. Estas fueron diseñadas para que la luz de la mañana ilumine los vitrales del ábside y recorra la nave hasta encontrar la imagen de la Virgen María, la protagonista de toda catedral y de este enorme “corazón” de cristal policromado.

En palabras del responsable de Patrimonio de la diócesis y director del Museo Catedralicio-Diocesano, don Máximo Gómez Rascón, “los vitrales de la Catedral muestran con meridiana claridad la conciencia de otra época, la de la construcción de este templo durante siglos. Lo celeste y la tierra, lo universal y lo particular. La morada de Dios entre los hombres”.

Las vidrieras del rosetón, de los siglos XIII y XIX, dibujan la imagen de la Virgen en el centro (con el niño en un trono) rodeada por doce imágenes de ángeles trompeteros, delimitados en un primer perímetro, y por otros doce pequeños monopaneles, en un segundo perímetro, a los que siguen otros dos perímetros de 24 grandes paneles verticales, y otros 24 a modo de remate de todo el conjunto vitral.

Y a pesar de soportar las inclemencias meteorológicas y hasta las sacudidas que se sintieron en León del famoso terremoto de Lisboa del año 1755, ya tuvo que ser desmontado en la llamada “Gran Restauración” del S XIX, junto con la vidriera del árbol de Jessé del ábside, que fue rehabilitado por el maestro catalán Rigalt.

El periodista Manuel Cachafeiro calificó el rosetón de la fachada central del Primer Templo del a diócesis, en el número 4 de esta revista, como “un símbolo para León y para cualquier leonés de a pie; corona la ciudad desde lo más alto y en lo más alto del primer edificio religioso declarado Monumento Nacional en España. Su esqueleto de piedra y vidrio bombea hacia dentro y hacia fuera. Es la obra del Hombre y la claridad del creyente. La luz del Salvador”.

En el reportaje completo que encontrará en la versión impresa del séptimo número de REVISTA CATEDRAL DE LEON, don Diego Asensio, miembro de la Delegación diocesana de Patrimonio, nos acerca aún más al nuevo corazón de la Pulchra que está siendo restaurado, en esta ocasión, gracias a la  colaboración de la Fundación CEPA, de los hermanos de origen leonés, Cesáreo y Pablo González, propietarios de la conocida empresa cervecera mexicana Modelo.