24 Ene En memoria a San Froilán, Patrono de la diócesis de León
La fachada sur de la Pulchra
Si la Virgen Blanca preside la fachada principal y la Virgen del Dado la fachada norte, el Patrono de la diócesis de León, san Froilán, es el protagonista de la fachada sur de la catedral, la que se levanta hasta los 48 metros de altura frente al palacio episcopal. Ha sido restaurada en varias ocasiones, pero conserva las tres portadas originales góticas que se concibieron como un homenaje al ermitaño que en el SIX cautivó al pueblo leonés y al propio rey Alfonso III hasta convertirse, primero, en obispo y, luego, en el santo patrón de la diócesis.
Esta es la fachada que soporta la mayor presión arquitectónica del conjunto de las naves y la que, por ese motivo, ha tenido que ser reconstruida en más ocasiones. En el siglo XV (1440-1470), el maestro Jusquín ya tuvo que levantar las dos torres laterales como contrafuertes para los arcos arbotantes. A esas torres se les llama popularmente “la Silla de La Reina” (a la izquierda), y “La Limona” (a la derecha).
En el siglo XVII se reconstruyó el hastial con uno de estilo barroco (en forma de espadaña) que fue sustituido por una simple ventana tras el terremoto de Lisboa (1.755) y que -afortunadamente-, dio paso al actual rosetón neogótico diseñado por Matías Laviña en la gran restauración del siglo XIX. Presidiendo el vértice del hastial vemos la primera estatua pétrea de San Froilán, obra de Agustín Mustieles, realizada en la última restauración decimonónica (1859-1901). Y en los últimos años fue necesario instalar andamios y solapas de protección por algunos desprendimientos de fragmentos de piedra.
Desde el inicio de la Calle Ancha podemos contemplar los espacios de sus espectaculares vidrieras, particularmente las meridionales, los pináculos y las gárgolas que decoran su parte superior y, al acercarnos, descubrimos los detalles de este gran pórtico, dividido a su vez en tres puertas, con la escultura de san Froilán en el parteluz central. Al santo se le ha representado de pie, con la mitra y el báculo de obispo, o sentado y ejerciendo la predicación, pero en muchas ocasiones aparece con un lobo pegado a sus pies que le acompañaba siempre llevándole las alforjas como castigo por haber devorado a su asno, según cuenta la leyenda.
La parte izquierda de la fachada es conocida como “Puerta de la Muerte” por el pequeño esqueleto alado esculpido en una de sus puertas.
A la central, la “Puerta de san Froilán”, también se la llamó durante siglos “Puerta del Obispo” ya que era la que utilizaba el pastor de la diócesis para entrar a la Catedral cuando el templo catedralicio y el palacio episcopal estaban unidos por la desaparecida “Casa Obispo”. Otros prefieren llamarla “Puerta del Sarmental” por la similitud entre las esculturas del tímpano y las de la Puerta del mismo nombre de la Catedral de Burgos. Las de la Pulchra se completan con representaciones del profeta Samuel, la Virgen con el Niño y los tres Reyes Magos (en la jamba), y un relieve de Cristo sedente con El Libro de la Ley, rodeado de iconos tetramorfos y evangelistas escribiendo sobre mesas (el toro -san Lucas-, el águila -san Juan-, el león -san Marcos) y el hombre -san Mateo-).
La de la derecha es la llamada “Puerta del Traslado”, por las escenas en relieve de la muerte y el traslado temporal de los restos del Santo al monasterio de Valdecésar, con el fin de protegerlos de la invasión árabe.
La figura de San Froilán en la Catedral de León puede pasar desapercibida en el océano de relieves de piedra, lienzos, esculturas, capillas…o en el espectacular cielo de sus vidrieras. Pero “en la Pulchra Leonina, el protagonismo de San Froilán es incuestionable.”, como explica el cronista de la ciudad de Léon, Máximo Cayón,
Además de las referencias pétreas de la fachada sur, en el interior del templo (debajo de la mesa del altar mayor), podemos ver el Arca de San Froilán (obra de los plateros Jerónimo de Neira y Juan de Candanedo, de 1635), donde se custodia los restos del santo patrono de León desde el S.XVII. En el retablo de dicho altar (obra de Nicolás Francés), hay tres grandes tableros que aluden al santo; “en uno, sometiéndose a la prueba de la brasa, señal que le corroboró favorablemente la llamada de Dios al ministerio de la predicación; en otro, durante la visita que le hizo Alfonso III el Magno en el mencionado más arriba monasterio cisterciense de Moreruela, para proponerle su designación al episcopado a petición del pueblo leonés; y, en un tercero, su consagración como obispo de León, el día de Pentecostés del año 900”, como apunta Máximo Cayón.
El “altar relicario” de la Sacristía catedralicia (que no está a la vista del público), guarda “el femur de san Froilán” que cada 5 de octubre se muestra a los fieles que siguen la celebración eucarística del día grande de León, dentro de uno de los armarios del altar en cuyo frontis hay una talla policromada del santo. Y en el museo catedralicio se conserva también la primera arca encargada por el Cabildo en 1.501 al gran orfebre Enrique de Arfe para trasladar los restos de San Froilán desde el sepulcro interior de la fachada sur hasta el altar mayor, así como una pequeña escultura del santo en la llamada sala del tesoro.
Y en la sillería alta del coro encontramos una talla de san Froilán, además de la escultura del santo patrono de León (obra de Esteban Jordán), que preside todo el conjunto incrustada en el vértice del trascoro (mirando al altar mayor).
Incluso en lo más alto de la catedral, entre las 13 campañas de la torre campanario, se encuentra la “La Froilana”, la mayor campana de la diócesis, fundida en 1794 por orden del obispo Cuadrillero y consagrada en 1930 por el entonces prelado legionense, Mons. Álvarez Miranda.